sábado, 7 de abril de 2018

La verdadera felicidad




La verdadera felicidad
Texto: Salmo 1
Introducción: Bienaventurado: La palabra la encontramos muchas veces en el AT y NT. La palabra significa básicamente la «dicha» o «felicidad» que experimentan los que son bendecidos por alguien superior, entiéndase: Dios. La palabra se utiliza en su mayoría para referirse a la salvación y a todas las bendiciones que la acompañan. Sal 2:12; 32:1,2; 33:12. En estos pasajes la palabra se refiere a los salvos. 34:8; 40:4; 65:4; 84:5; 89:15; 94:12; 112:1; 128:1.
1. La felicidad es el objeto principal que todas las personas buscan:
a. Todos quisiéramos ser felices. Es difícil encontrar a alguien que no quiera ser feliz. Todos los seres humanos están buscando lo mismo.
b. Esto se debe a la falta de felicidad. La caída de la raza humana, puso fin a la felicidad. Desde el día que Adán y Eva pecaron contra Dios y fueron echados de Edén, perdieron la verdadera felicidad. La raza humana no ha estado contenta, dichosa, desde aquel día. La Biblia comienza hablando del paraíso perdido y termina con la recuperación de ese paraíso. Termina con una dicha eterna.
c. Los hombres sin Cristo no la pueden alcanzar. No se puede encontrar la verdadera felicidad sin Dios. La gente sin Cristo vive sin dicha verdadera y no entienden por qué viven así. Por eso es que viven tristes, descontentos. No entienden que sólo Dios hace bienaventurado al hombre.
d. La Biblia nos enseña que nos puede dar la explicación de porqué de tanta miseria. La Biblia enseña que sólo se es dichoso, bendito, bienaventurado en Cristo, y que fuera de Él, no hay felicidad.
e. Ahora, el mundo también nos ofrece una solución. Una solución diferente a la que la Biblia nos muestra. Son dos respuestas contrarias. Este mundo caído, los hombres caídos, nos ofrecen una solución al problema de la infelicidad humana. Son dos respuestas que llevan a un destino diferente, según nos muestra este Salmo. Y se puede dividir a la raza humana en estos dos caminos de búsqueda de la felicidad, de la dicha.

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